domingo, 29 de abril de 2012

Deberes ¿sí o no?


En mi opinión los deberes son importantes, pero no estoy de acuerdo en una cantidad excesiva de los mismos. Mediante los deberes, los niños aprenden a organizarse el tiempo y administrarse, al igual que fomentan la responsabilidad de hacer sus trabajos de manera autónoma. También considero que las tareas son una buena manera de que los niños y niñas profundicen y refuercen los contenidos que han estado viendo en el aula, ya que mediante la práctica las cosas se aprenden con más facilidad. Una excesiva dificultad en resolución de tareas también nos indica una laguna de conocimiento, y de esta manera, dicha laguna, una vez identificada se puede resolver con más facilidad. 
Personalmente prefiero la tarea del niño, ya que por lo menos utiliza herramientas novedosas, sus tareas no se resumen solo a copiar los contenidos que ya están en un libro. La sociedad de hoy en día necesita personas capaces de adaptarse a cualquier entorno, y mediante la realización de tareas, podemos ponernos en contacto con cosas novedosas, y mediante la resolución de dichas tareas, cada vez vamos a conocer más y de esta manera vamos a adquirir nuevos métodos de resolución de tareas.
Mediante una entrevista, que es una tarea que la profesora le da al chico, te da la oportunidad de ver el punto de vista de otras personas, y de esta manera puedes llegar a reflexionar, y dar tu punto de vista. Continuando con la tarea, mediante la publicación en el blog compartimos nuestro trabajo con los demás, y así otras personas pueden leer tu trabajo y aprender sobre lo que has escrito y también pueden dar su opinión.
Por otro lado, también pienso que una asignación de tareas excesiva puede llegar a agotar, y que muchas veces, una alta cantidad de tareas puede ser agobiante, cosa que puede derivar en cansancio y rechazo hacia la escuela.



sábado, 21 de abril de 2012

La eterna controversia: Libros sí, Libros no; Tic sí, Tic no …


Desde siempre los libros han estado en la vida de todo estudiante, a mí personalmente me gusta más leer un libro en papel que en la pantalla de un ordenador, pero claro aquí ya intervienen muchas otras cosas ya que leer un libro en formato electrónico será mucho más cómodo de llevar, sin embargo no puedo hablar sobre este aspecto porque no he tenido la oportunidad de utilizarlo; sin embargo creo que nunca voy a poder llegar a decir "no" a un libro.
En cambio hablando sobre los Tics la respuesta es obvia: es sí o sí. Tal y como lo decía Jordi Adell en su espacio en la red, no utilizar las Tics en educación es incumplir la ley. Las Tics son una de las herramientas más útiles que se pueden utilizar en educación hoy en día. Mediante la introducción en el aula de los portátiles, se ha introducido una manera nueva de impartir las clases, una manera de conseguir ver y hacer cosas que mediante las fotografías de los libros no se podían conseguir. Para poner un ejemplo, Pilar Álvarez nos habla de las erupciones volcánicas. Es cierto que algunas de las simulaciones de internet son idénticas a la realidad, y es una manera más fácil de aprender ya que un niño no se va a acordar de la misma manera del contenido de una descripción que nos detalla la erupción volcánica que de una simulación que la reproduce.
La escuela del siglo XIX ya no puede ser percibida sin la Tics, pero para que esto funcione, primero se deben enseñar a los profesores, porque muchas veces ellos son los primeros que reconocen que tienen una formación carente en este aspecto.
Las Tics se han incorporado en la educación y somos conscientes que nos aportan muchos beneficios tanto desde el punto de vista del docente a la hora de impartir clases como del punto de vista de los alumnos/as a la hora de realizar trabajos, o incluso tareas de cualquier tipo ya que internet está plagado de actividades escolares.   

sábado, 14 de abril de 2012

Reflexión sobre el artículo de Tony Wagner - Calling All Inovators

Después de haber leído el artículo de Tony Wagner en el que nos trata de trasmitir algunas claves para la escuela del siglo XXI, lo que más me ha marcado ha sido la confesión de Amanda Alonzo que me hizo recordar a la reflexión que había escrito la semana pasada, siendo más exacta en lo referido a que tratásemos de no dar los contenidos a los alumnos sino impulsarlos de alguna manera para que ellos mismos los averiguasen.
Como ya había tratado de desvelar anteriormente, en este artículo se recalca mucho sobre el aprendizaje colaborativo y sobre el trabajo de investigación por parte de los alumnos y nos ofrece algunas claves para impulsar a nuestros alumnos y alumnas hacia el trabajo de investigación y que se conviertan en innovadores, siendo ellos mismos los protagonistas de su proceso de aprendizaje. También se nos revela que solo mediante la innovación vamos a conseguir tener éxito y esto se consigue mediante ensayo y error y no mediante el temor a equivocarse.
En la escuela del siglo XXI, los alumnos ya no aprenden mediante la escucha de lecciones sino mediante la resolución de problemas, tal y como lo había dicho Sir Ken Robbinson en su entrevista: como mejor se aprende es haciendo, tal y como lo habían descubierto los antiguos griegos.
La motivación intrínseca también es un factor muy importante, y es aquí donde aparece la figura del maestro, que es el encargado de motivar al alumno lo suficiente con tal de que este encuentre su pasión y que la siga.
Como estudiante de magisterio soy consciente que la escuela de hoy en día, tal y como esta en el momento actual está muy lejos del las características de debe tener y que carece de la metodología necesaria para adquirir el cambio que tanto necesita y al que tanto aspira. Lo que hace falta es una formación del profesorado a partir de cero, en lo que tiene que ver con la metodología, ya que están muy acostumbrados a las lecciones magistrales y a las evaluaciones de contenidos impuestos por el currículum sin tener en cuenta “la pieza” más importante: los alumnos, como aprenden y cuáles son sus mayores intereses.
Los tiempos han cambiado al igual que las personas y quizás hay cosas muy importantes que pasan desapercibidas en el afán de las evaluaciones.

miércoles, 4 de abril de 2012

El perfil del maestro del siglo XXI


El modelo de maestro del siglo XXI, tiene que cambiar radicalmente, ya que lo que se espera de los alumnos y alumnas de hoy en día no es la mera recepción y reproducción de los contenidos sino la creatividad, la adaptación y el interés que tienen hacia el aprendizaje.
Sí eso es lo que nosotros esperamos de los alumnos, igualmente tenemos que proporcionarles las herramientas necesarias para que ellos puedan empezar a indagar sobre los contenidos que se les proponen.
Otra manera de acercarnos aún más a las claves de la escuela del siglo XXI, pienso que, para que los alumnos aprendan no debemos proporcionarle lo que deben aprender, ya que mediante la búsqueda de información se aprende, y va a ser él el encargado de decidir cuáles de los contenidos encontrados son más relevantes y porque, y así el va a ser el encargado de su propio proceso de aprendizaje. Por otro lado, como todos lo sabemos ya, siempre que se nos ha impuesto algo, nos ha costado mucho cumplirlo, lo mismo pasa con aprender, si es obligatorio menos ganas vas a tener de hacerlo. De esta manera, una vez que estemos en el aula, vamos a poder darnos cuenta con facilidad, el potencial de cada uno de nuestros alumnos, y tratar de estimularlos más en caso de que vemos que el interés no surge de manera instantánea.
Otra cosa que pienso que se debería llevar a cabo en el colegio es el aprendizaje global, ya que en la vida cotidiana no surgen sucesos separados por áreas, al igual que en el colegio. Tenemos que acercarnos cada vez más a la vida real, porque aprender algunos contenidos solo porque están reflejados en alguna ley no es lo suficientemente interesante como para captar la atención de nuestros alumnos. ¿Por qué se sigue un plan tan estricto a la hora de impartir los contenidos? Estoy segura que los niños van a aprender el ciclo del agua mucho más fácil y de una manera más agradable si un día lluvioso salen a la calle y la maestra les va a preguntar por que llueve, o en un día que nieva salen a la calle e investigan porque nieva. Mediante esto no solo van a aprender contenidos de conocimiento del medio sino también de matemática mediante la expresión de la temperatura, de lengua tanto castellana como de algún idioma extranjero mediante la formulación de las frases y de la interacción del aula, de educación plástica mediante la representación de la acción e incluso de educación musical mediante la expresión de los sonidos que surgen cuando precipita.
Los escenarios en los cuales los alumnos/as aprenden son muy importantes ya que, al igual que pueden ser muy estimulantes pueden ser muy aburridos, y eso es uno de los peores enemigos de los maestros/as, al igual que del hecho de aprender.
Sigo pensando que el maestro es la clave más relevante de la escuela del siglo XXI, un maestro espontáneo que sabe aprovechar las oportunidades que se le cruzan por el camino, creando así escenarios en los que sus alumnos aprendan cada vez con más facilidad, un maestro que conoce a cada uno de sus alumnos ofreciéndole el entusiasmo necesario para seguir adelante, un maestro que se adapta a los contenidos que surgen del propio aprendizaje de sus alumnos, dándole un voto de confianza y un maestro que sabe que los que van a construir el mundo futuro son sus alumnos y él es el apoyo que lo ayuda subir cada vez más arriba.

domingo, 1 de abril de 2012

El perfil del maestro del siglo XXI

Lo que es claro es que la metodología de enseñanza que hasta ahora se utilizaba ya queda anticuada. Lo bonito de la enseñanza y del aprendizaje se ha perdido por el camino debido a la presión que ejercen los resultados.
Los niños y niñas de ahora han cambiado mucho, y se ven más motivados a aprender en frente de un ordenador, buscando ellos mismos lo que les interesa, o preguntándoselo a los amigos que tienen en las redes sociales. El contexto que les rodea, mediante internet, hace que tengan la posibilidad y les ofrece la oportunidad de aprender y experimentar situaciones que las personas de su entorno cercano no pueden, y pienso que este es el motivo por el cual siempre acuden a las redes sociales.
Pero por eso no van a dejar de existir maestros. Una de las cosas que se deben averiguar es ¿cómo aprenden los niños más de las redes sociales, de internet, lo que viene a decir por sí solos, que en las aulas? Una de las primeras cosas que se me ocurren es el aprendizaje entre iguales, sabemos que un alumno tenga la edad que tenga, siempre va a aprender con más facilidad y rapidez si el que le explica algo es su compañero, su colega. Pues si eso da mejores resultados ¿porque no hacer del profesor el guía del proceso de aprendizaje de sus alumnos?

¿Porque un día en el colegio no puede empezar mediante una pregunta? Una pregunta en la cual el alumno debe averiguar la respuesta. Porque de esta manera unos van a averiguar unas cosas y otros otra y mediante la puesta en común todos van aprender algo con ayuda de internet y algo de sus propios compañeros, y de esta manera se van entrelazando los dos aspectos mencionados anteriormente. Pero os estaréis preguntando ¿Cuál va a ser el papel del maestro/a? Tal y como lo había expuesto anteriormente va a tener el papel de guía. Pero no va a ser el único. Un niño o una niña, para sentirse motivado siente la necesidad de ser alabado, y para que no se pierda por el camino necesita ser encaminado por el buen camino.
Mediante este tipo de actividades no solo vamos a despertar en nuestros alumnos el interés por el saber sino que nosotros mismos vamos a ser capaces de ver hasta dónde llegan sus capacidades y cuáles son sus intereses, y a partir de aquí seguir manteniendo ese interés despierto mediante nuevos retos que van a tener que conseguir, tenemos que mantenerlos siempre activos, porque estando activos van a estar aprendiendo.
El papel del profesor del siglo XIX era de mero trasmisor de conocimiento. Pero sabemos que todo está cambiando, y al igual que el cambio se percibe hasta en el aire, tenemos que dejar que ese aire pase a nuestras aulas, y con el cambiar la clave del aprendizaje de nuestros alumnos: el maestro. Considero que el maestro es la clave más importante de la escuela del siglo XXI, un maestro guía, y un maestro que sabe alabar a sus alumnos con el fin de motivarlos, encaminarlos por el buen camino cuando se dispersan, despertar sus intereses mediante las actividades que propone y mantener ese interés despierto. El maestro del siglo XXI en definitiva tiene que aprender a lo largo de toda la vida con pasión hacia ese aprendizaje y transmitir esa pasión a sus alumnos.